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Carta de una abuela
Alén el 15-06-2009, 00:21 (UTC) | | Querido nieto: El otro día tuve una experiencia religiosa muy buena, que quiero compartir contigo.
Fuí a la librería cristiana y allí encontré una calcomanía para el auto que decía "toca la bocina si amas a Dios". Dado que había tenido un día muy malo, decidí comprarla y pegarla en el parachoques de mi auto.
Al salir manejando, llegué a un cruce de dos avenidas que estaba muy complicado, con muchos autos. La temperatura exterior era de 37 grados y era la hora de salida de las oficinas. Allí me quedé parada, porque la luz estaba roja, pensando en el Señor y como Él es bueno.
No me dí cuenta que la luz se había puesto verde, pero descubrí que muchos otros aman al Señor porque inmediatamente comenzaron a sonar las bocinas. La persona que estaba detrás de mi auto era sin duda muy religiosa, ya que
tocaba la bocina sin parar y gritaba: ¡Dale, por el amor de Dios!.
Dirigidos por él, todos hacían sonar la bocina. Yo les sonreí y los saludaba con la mano a través de la ventanilla. Vi que otro muchacho me saludaba de una manera muy particular levantando sólo el dedo medio de la mano. Le pregunté a otro de mis nietos, que estaba conmigo, que quería decir ese saludo. Me contestó que era el saludo hawaiano de la buena suerte.
Entonces yo saqué mi mano por la ventana y saludé a todos de la misma manera. Mi nieto se doblaba de la risa, supongo que por la bella experiencia religiosa que estaba viviendo.
Dos hombres de un auto cercano, se bajaron y comenzaron a caminar hacia mi auto, creo que para rezar conmigo o para preguntarme a que templo voy. Pero en ese momento fue que vi que la luz estaba verde. Entonces saludé a todos mis hermanos y hermanas y pasé la luz.
Luego de cruzar, noté que el único auto que había podido pasar era el mío, ya que la luz volvió a ponerse en rojo, y me sentí triste de dejarlos allí después de todo el amor que habíamos compartido.
Por lo tanto, paré el auto, me bajé, los saludé a todos con el saludo hawaiano por última vez y me fuí.
Ruego a Dios por todos esos buenos hombres y mujeres. Besos; tu abuela. | | |
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Mercado de maridos
Alén el 15-06-2009, 00:10 (UTC) | | En Sao Paulo abrieron un negocio donde las mujeres pueden elegir y comprar marido.
A la entrada estan las instrucciones sobre cómo funciona el negocio. El negocio se puede visitar una sola vez. Las características del hombre mejoran subiendo y no se puede regresar al piso inferior una vez dejado.
Una mujer decide ir a buscar marido:
En el primer piso un cartel sobre la puerta dice: "Estos hombres tienen trabajo". La mujer decide subir.
Segundo Piso: "Estos hombres tienen trabajo y aman a las criaturas". La mujer decide subir.
Tercer piso: "Estos hombres tienen trabajo, aman a las criaturas y son extremadamente bellos". Wow! piensa la mujer, pero decide subir uno más.
En el cuarto piso el cartel sobre la puerta dice: "Estos hombres tienen trabajo, aman a las criaturas, son extremadamente bellos y ayudan en las tareas del hogar".
Increíble! exclama la mujer; no me puedo resistir! Pero decide subir una vez mas...
En el quinto piso el cartel sobre la puerta dice: "Estos hombres tienen trabajo, aman a las criaturas, son increiblemente bellos, ayudan en las tareas del hogar y son extremadamente románticos". La mujer, está tentada a quedarse ahí, pero decide subir al último piso.
Sexto piso: "Ud. es la visitante 31.456.012 de este piso. Acá no hay hombres. Este piso existe solo para demostrar lo imposible que es conformar a una mujer. Gracias por haber elegido nuestro negocio."
Frente a este negocio abrieron un mercado de esposas, donde los hombres pueden elegir a su mujer. En el primer piso están las mujeres que aman el sexo. En el segundo piso están las mujeres que aman el sexo y que no rompen las pelotas.
Los pisos que van del tercero al sexto jamás han sido visitados. (Después los complicados somos nosotros...). | | |
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Tu primera vez
Milton el 14-06-2009, 23:57 (UTC) | | Al tiempo que te recuestas, tus músculos se tensan. Lo apartas por un momento buscando una excusa, pero el se rehúsa a retirarse. Te pregunta si estás asustada y tú niegas con la cabeza. Han tenido más experiencia pero ésta es la primera vez que el dedo de él ha encontrando el lugar correcto profundamente y tú tiemblas,tu cuerpo se tensa, pero él es suave tal como había prometido que sería.
Mira profundamente tus ojos y te dice que confíes en él, él ha hecho esto muchas veces.
Su sonrisa te relaja y abres más para darle acceso para una entrada mas difícil. Comienzas a pedir y rogar que se apure, pero él lentamente se toma su tiempo esperando causarte el menor dolor posible.
A medida que el se acerca y va más profundo, El dolor aparece por todo tu cuerpo y sientes que sale sangre mientras el continúa. Él te mira preocupado y te pregunta si es muy doloroso. Tus ojos están llenos de lágrimas, pero con tu cabeza contestas que no y le indicas que siga adelante. Él empieza moviendo para dentro y para afuera con habilidad, pero tú estás demasiado dentro de tí. Después de unos pocos momentos frenéticos, tu sientes algo que revienta dentro de tí y él lo jala hacia afuera, tú te recuestas jadeando y contenta de que haya terminado. Él te mira y corriendo cálidamente te dice (riéndose para sí mismo) que tú has sido la más dificultosa pero muy gratificante experiencia. Tú sonríes y le agradeces a tu dentista. Después de todo, ésta era la primera vez que te sacaban un diente. | | |
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El poltergeist
Yano el 14-06-2009, 23:44 (UTC) | | Hola, mi nombre es John Connor (sí, sí, como el de Terminator; sólo que calvo y sin dientes). Yo nací con un don: soy un médium, o sea, puedo percibir fantasmas. Me dí cuenta de esto el día que en mi casa comenzó a manifestarse un Poltergeist (en alemán: “fantasma ruidoso”). Recuerdo que mi padre poseía el mismo poder que yo…
Todo comenzó pocos días después de que mi joven esposa decidiera tomar clases de surf en un gimnasio que quedaba junto a un Telo (motel, keko, o como quieran llamarle) a pocas cuadras de casa. Aquel día llevé a mi esposa en el auto hasta el gimnasio como siempre, y me fui al trabajo. Estando allí recibí una llamada; era mi mujer diciéndome que el Telo se había incendiado y debieron evacuar la cuadra. Además me contó que ella se hizo una quemadura muy fea en la espalda mientras se preparaba café en casa. Esa fue la primera señal de que había una presencia sobrenatural puesto que la cocina no funcionaba cuando me fui.
Al regresar a casa mi mujer dormía desnuda sobre la cama; talvez para evitar contacto entre la quemadura y la ropa… Cuando me acerqué a besarla escuché un ruido. Fue algo así como una tos bajita que provenía del armario. “¿Qué fue eso?” me pregunté. “Yo no escuché nada” dijo ella. Claro, ella no escuchaba nada porque el médium soy yo. Caminé hacia el armario para guardar mi saco y en ese momento mi mujer gritó espantada: “¡No lo abras!”. Seguro fue porque sintió miedo del fantasma, entonces retrocedí y me senté junto a ella y la abrasé. Mientras esto ocurría la puerta del armario se abrió sola. Miré rápido hacia el armario pero no había nada… o talvez había un espíritu invisible, una fuerza mayor que sólo un exorcismo podría espantarla. Sentí escalofríos.
A partir de aquel día siempre escucho sonidos extraños al regresar del trabajo (golpecitos bajo la coma o cosas así). Me compré muchos libros de hechicería, religión, recetas navideñas, y eventos sobrenaturales para poder entender más sobre el tema. Mi pobre esposa está muy afectada por lo que está ocurriendo. Por eso contraté a un exorcista. Mi propia esposa me lo recomendó: su profesor de surf (que resultó ser cura también). Él viene todas las noches y se encierra con ella en el cuarto mientras yo me pongo a rezar con mi rosario en la sala. Ella grita sin parar durante horas y después salen todos sudados. Aún no ha podido expulsar el demonio de su cuerpo pero yo los insito a que sigan intentando. Estoy muy preocupado por esto del poltergeist… Ser médium, más que un don: es un castigo.
Atentamente: John Connor. | | |
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Fenómenos inexplicables 1
Anatisog el 10-06-2009, 23:27 (UTC) | | LA INEXPLICABLE ATRACCIÓN DE LAS CÁMARAS.
¿Qué tienen las cámaras que hacen nacer en nosotros al peor idiota? Por ejemplo, cuando una cámara de televisión está filmando algo, y por detrás del notero pasan dos pibes que entran a hacer macacadas, saludos, señales de "opa vieja! mirá, salgo en la tele" y esas cosas.
Lo mismo con las fotos, es aparecer la camarita y por lo menos uno va a hacer lo imposible por quedar como un pelotudo en la foto, o va a hacer la pose más anti natural posible. ¿Es esto falta de atención en nuestros hogares? ¿Es el actor que todos tenemos dentro que aflora a la superficie? ¿Es que somos realmente pelotudos?.
Sin embargo, si hay una actitud para con las fotos que me fascina, es la del colado. ¿Qué posible satisfacción puede tener una persona en salir en una foto con totales desconocidos y arruinarles la foto a estos?. | | |
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Fenómenos inexplicables 2
Anatisog el 10-06-2009, 23:25 (UTC) | | EL FENÓMENO DE LA AYUDA VISUAL
Cuando ocurre algún accidente, todo el mundo en la cercanía va querer arrimarse a ver, probablemente porque todos somos unos morbosos hijos de puta que queremos hacernos los que nos interesa en lo mas mínimo lo que le pasó al pobre delivery que agarró contramano, sin casco y sin luces y se lo llevó puesto un leyland. Una vez ocurre el siniestro, todos forman un círculo alrededor de la desfalleciente víctima y aquí ocurre un fenómeno extraño... nadie hace nada, todos se miran, miran al pobre tipo, se miran de nuevo. Se rascan la cabeza, se miran los pies, hacen como que llaman por celular y se las toman…
Pero ahí aparece el héroe. Si, el mismo que dice "a ver gente, háganle espacio al muchacho pa' que tome aire". Bárbaro, parece que con un poco de aire el tipo que se dió el porrazo de su vida va a mejorarse. Ahí alguien (por lo general el mismo "héroe" anterior) se dirige al accidentado y le dice "Flaco... ¿tas bien?". La víctima medio que tartamudea algo y el héroe, dice "Pa! este flaco está jodido, hay que llamar a una ambulancia".
Acto seguido, volvemos a la situación inicial, todos se miran, se meten las manos en los bolsillos; hacen que los llaman de otro lado. En definitiva nadie se arriesga a jugarse 5 pesos en la tarjeta del celular y optan por hacer la pregunta "¿Hay algún médico?". Es decir, ¿tan inoperantes somos? ¿Por qué nos detenemos todos a mirar la desgracia ajena? ¿Nos paramos todos a ver como sufre alguien solo para contar al otro día en el laburo "Fuá, no sabes, tuve que ayudar a un pobre flaco que se hizo mierda". | | |
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